Oda escrita en 1966 – JORGE LUIS BORGES

Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete

que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.

Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
cargado de batallas, de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo
en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.

La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. ( Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido.)
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.

Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.

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¿ Cambia todo en este mundo ?

El  mundo vive un  cambio permanente y la evidencia, está cada día, al alcance de nuestra mano. Gracias al aporte invalorable de miles y miles de seres que han dado sus vidas por la construcción del  conocimiento ; vivimos en un mundo en constante progreso  científico y tecnológico. Sin embargo,  lo que hoy está en juego es la evolución de las  sociedades ya no como colectivos de consumidores o  franjas electorales sino como comunidades ocupadas en la búsqueda del bien común, y ante todo de la justicia y la paz . Pero la sociedad está hecha de individuos antes que de grupos, o colectivos. Por ello el cambio es tanto más imperceptible, profundo, arduo y complejo. Porque tiene que ver nada más ni nada menos, que con el nivel de consciencia de cada ser humano.

Y  hablando de consciencia, hay que hablar de  blanco o negro ; es decir del bien o del mal. Porque la verdad es una sola. Aquí no valen los mil y un tonos… de los mil un matices de verde, azul o rojo… Ahora bien  ¿ quién promueve o motiva  la sed de verdad y de justicia? ¿ A quién le importa que incremente esta sed  de cambio o evolución interna en las personas ?   ¿ Quién defiende la evolución de las sociedades por encima de los intereses políticos , económicos , nacionales , etc etc ? ¿ A quién le importa la Verdad y nada más que la Verdad ? ¿ A quién, o a quiénes ? La sociedad debería tener como base fundamental de sí misma , esta defensa y esta búsqueda.

El mundo de hoy

Empecemos por  que sea a nosotros mismos. Promovamos el amor a la Verdad en nuestro ámbito , pero antes que nada en nuestro interior. Erijámonos en defensores de nuestra propia dignidad y de la de nuestro hermano, pero antes que nada intentemos vivir en la verdad día a día, minuto a minuto, y no en la realidad  que nos venden.  Y que nuestra única bandera sea nuestro amor a la Verdad.  Y Ella, un día nos hará libres ;  y otro, nos librará  del poder de los falsos, los cínicos, los hipócritas, los explotadores, los corruptos, los soberbios… Y ojalá algún día ellos : los esclavos de la mentira ; sean también libres. Porque sólo la Verdad se escribe con mayúsculas y sólo Ella, desea el bien a todos sin distinción de ningún tipo.